CONSEJOS PARA UN ADECUADO PLAN DE EMERGENCIAS Y EVACUACIÓN

CONSEJOS PARA UN ADECUADO PLAN DE EMERGENCIAS Y EVACUACIÓN

El procedimiento y los medios de evacuación con los que cuenta un recinto debe venir determinados por el Plan de Autoprotección según el Documento Básico de “Seguridad en caso de incendio” del Código Técnico de la Edificación (CTE DB-SI). Este documento determina cómo deben actuar los responsables de la ejecución de dicho plan en caso de detección de una emergencia.
Habitualmente, este tipo de planes conlleva una serie de responsabilidades como respuesta a las preguntas básicas: ¿Qué se hará?, ¿Quién lo hará?, ¿Cuándo se hará?, y ¿Cómo y dónde se hará? Es en este “cómo”, donde el plan de autoprotección debe estudiar los medios necesarios y su disponibilidad en caso de emergencia determinando el diseño de los sistemas. Por ejemplo, el técnico de seguridad avisa del foco de alarma al responsable de seguridad, quien confirma el estado de alarma y notifica al responsable de evacuación para confirmar si es necesario o no realizar la evacuación.
Equipos de alarma y detección:
La detección temprana de la emergencia es fundamental para una rápida actuación. Esta se puede llevar a cabo mediante equipos automáticos (detectores de humo, temperatura o gas conectados a una central de incendio) o bien de forma manual (pulsadores de maniobras).
En esta fase, es posible declarar el estado de emergencia directamente sin la intervención humana mediante la conexión supervisada al sistema de evacuación por voz. O bien, la gestión de las alarmas puede estar centralizada en un cuarto de control donde el técnico de seguridad tomará la decisión correspondiente (notificar avisos, activar la emergencia, lanzar mensajes automáticos o de viva voz, supervisar el correcto funcionamiento del sistema y comunicar el fin de la emergencia).
Una vez se ha confirmado la situación de emergencia, la gestión se divide en las siguientes fases:

  • Aviso: detección de la emergencia y posterior aviso a los equipos de intervención propios, y ajenos en función del tipo de emergencia.
  • Activación: inicio de la emergencia, y evacuación en caso de necesidad.
  • Intervención: control de la situación de riesgo.
  • Ayuda: apoyo necesario a los servicios de intervención ajenos.

Clasificación de las emergencias

En función de su peligro potencial, las emergencias se pueden clasificar en:

  • Conato de emergencia: es la que puede ser controlada y dominada de forma sencilla y rápida por el personal y medios de protección del centro de trabajo, dependencia o sector.
  • Emergencia parcial: para ser dominada requiere la actuación de los equipos especiales de emergencia del sector. Sus efectos quedan limitados a un sector.
  • Emergencia general: es la que precisa la actuación de todos los equipos y medios de protección del centro de trabajo y la ayuda de medios de socorro y salvamento exteriores. Se extiende a todo el centro de trabajo.

Tipos de recinto.

Recintos con un aforo limitado (oficinas pequeñas o locales comerciales) no suelen requerir de complejos planes de evacuación (suele haber un sólo mensaje de evacuación para indicar al personal que abandone el recinto).
Pero en áreas de gran tamaño, con una afluencia mayor, o donde el personal no esté entrenado (centros comerciales, aeropuertos, bloques logísticos o edificios) el procedimiento de evacuación debe ser minuciosamente estudiado y analizado para ser lo más eficiente posible en cuanto a capacidad de evacuación y evitar provocar mayores inconvenientes durante el proceso de emergencia.

EL MENSAJE
En respuesta a los tipos de emergencia y a la tipología del recinto, se deben diseñar los mensajes que deben ser transmitidos bien de manera automática o bien por personal entrenado. Para ello se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Intentar simplificar el procedimiento con dos mensajes, uno de alerta y otro de evacuación, a excepción de recintos con necesidades arquitectónicas que precisen de evacuaciones por fases (varios mensajes según la zona afectada). Tratar siempre de evitar más de dos mensajes por área a evacuar.
En el caso de aglomeraciones altas o instalaciones críticas, el mensaje debe ser codificado, un “código cifrado” para evitar que la huida masiva de personas (por ejemplo, visitas o clientes externos). Este código puede ser un mensaje que sólo conocen los empleados internos (por ejemplo, “se ruega al Señor Flan Asus acuda a información”) o una melodía (por ejemplo, una canción de música clásica que habitualmente no suene en el recinto).
Si se requiere de un segundo idioma, incorporar este segundo idioma al final del primer mensaje (recuerda, la contundencia del mensaje y el volumen son piezas claves para que se reconozca el estado de emergencia), es decir, mensaje plurilingües .
En situaciones de riesgo alto que requieren de una evacuación inmediata (por ejemplo, un incendio en planta química o ataque terrorista en aeropuerto), se puede incorporar una sirena al inicio del mensaje para avisar a todo el personal (interno y externo) de la importancia de la situación. Esto ayudará a darle contundencia al mensaje
Utilizar una voz clara y con una entonación adecuada que transmita la contundencia necesaria puede suponer una gran diferencia en la eficacia del mensaje y debe tener en cuenta las circunstancias del lugar donde se emite, tales como la cultura, el país, el uso del recinto, etc.

Conclusiones

Por todo lo anterior, resulta de vital importancia establecer un adecuado plan de emergencias en función de las condiciones del recinto, el uso del mismo, las características arquitectónicas, el personal que opera en su interior, etc.
El sistema de evacuación por voz, el diseño del mensaje, su inteligibilidad y la fiabilidad son parte esencial para asegurar que las acciones tomadas cumplan con las premisas iniciales de rapidez y eficacia: cada segundo cuenta.